Omar Lacuadra y Víctor Malvicino se desempeñan como director y subdirector de la Banda Sinfónica Municipal, respectivamente. Este martes 8 de julio a las 20:30, serán los responsables de guiar a los músicos en la Gala de la Independencia que tendrá lugar en la Sala Mayor del Teatro Municipal. Con motivo de esta actuación, charlaron sobre el repertorio elegido y la importancia de valorizar la música nacional.
Viaje a nuestros sonidos
Acerca de formar parte de un evento de estas características, Malvicino expresó que “para nosotros es un concierto de relevancia porque durante muchos años no participamos de la gala. Con esta nueva gestión, hablamos de volver a festejar la previa de la Independencia Patria” En ese sentido, Lacuadra aseguró que “va a ser muy emocionante y los invitamos a que disfruten del sonido de una banda sinfónica profesional, que se dejen llevar por la imaginación y por lo que esta música representa para los argentinos y especialmente a los santafesinos”.
El repertorio elegido se define por su diversidad de géneros, pero a la vez, está marcado por un profundo sentimiento argentino. Desde “Dos escenas pampeanas” de Teodoro Castro hasta “Tres mujeres argentinas” de Ariel Ramírez y Felix Luna (que incluye adaptaciones de“Alfonsina y el Mar”, “Rosarito Vera” y “Juana Azurduy”), pasando por una selección de tangos de Astor Piazzolla (“Oblivion”, “Adios Nonino” y “Libertango”) y finalizando con cuatro movimientos del ballet Estancia de Alberto Ginastera: “Los trabajadores agrícolas”, “Danza del trigo”, “Los peones de hacienda” y “Danza final (Malambo)”.
De esta selección es importante mencionar que los arreglos de “Oblivión” y “Adios Nonino” son de autoría de Juan Rodriguez, ex director de la Banda Sinfónica Municipal. A su vez, “Oblivion” contará con el solista saxo soprano Santiago Belén y “Libertango” con el solista tubista William Castillo. La adaptación del Ballet Estancia está realizada por el arreglador y compositor cordobés Néstor Alderete, quién cedió el material de su autoría para la ocasión.
Impronta sinfónica
Sobre el desafío que implica llevar adelante un corpus de obras de este tipo, Malvicino considera que “la música argentina tiene mucho desarrollo sinfónico. Y eso a nosotros nos da mucha alegría y entusiasmo para trabajar. Pero en muchos casos no están creadas para banda, sino para grupos chicos u orquestas sinfónicas, y nosotros obviamente no tenemos cuerdas. Si bien podemos hacer este tipo de repertorio, nos hemos abocado a producir esta impronta sinfónica y brindarle un empuje más fino a la banda. Queremos potenciar al máximo sus recursos y hacer repertorios más complejos e interesantes”.
Por su parte, Lacuadra asegura que “gracias a Dios tenemos mucha música argentina, y si bien no abundan las obras originales para banda, las que existen son muy buenas. También son excelentes las adaptaciones de orquesta para bandas sinfónicas. En este caso, la idea fue pensar qué obras emblemas era importante sumar para el concierto”.
La complejidad de las composiciones originales es un factor clave a la hora de diseñar y poner en práctica los arreglos para las adaptaciones.
Lacuadra reflexiona al respecto y afirma: “tengo una idea formada acerca de las obras que suenan bien: son difíciles de preparar y de ensamblar por su dificultad técnica. Pero ahí está el desafío del músico profesional. No son composiciones sencillas, se trata de canciones que poseen hasta tres instrumentos en su versión original y que en las adaptaciones deben distribuirse entre todos los integrantes de la banda. A veces el color y la textura cambia. Pero eso es lo interesante que tienen esas obras, uno puede escuchar y reversionar arreglos con este gran instrumento que es la banda tocando junta”.
Relatos y sentimientos
Consultado acerca de si existe una de las piezas de la Gala que le brinde mayor satisfacción interpretar, Malvicino reconoce que “no tenemos preferencias, pero podemos decir que la obra de Piazzolla cuando está puesta en este formato sinfónico nos conmueve y nos resulta muy importante poder mostrarlo, porque suena muy bien”
Del mismo modo, Lacuadra comenta que “no hay ninguna en especial, porque cada una tiene relatos, sentimientos y canciones sencillas que uno puede recordar. Personalmente me encanta el cierre, por eso lo puse ex profeso, que es la danza final del Malambo. En ella con los zapateos, zarandeos y boleadoras, se expresa el baile gaucho típico y la música lo transmite naturalmente. Termina muy arriba con las emociones y el corazón saliéndose, por lo que representan esas imágenes, y a su vez, por la potencia de la música y el sonido de la banda”.
Las entradas gratuitas pueden retirarse en la boletería del Teatro este martes 8, de 8 a 13 y de 16 a 20.
